01 octubre, 2007

De estos días

Estos días he estado sin ordenador, y ahora mismo trabajo con el viejo en ínfimas condiciones. El caso es no perder la paciencia y mejor aún dar gracias a Dios porque todo es bueno. Justo lo leía esta mañana: el nº 268 de “Camino”:

“Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios, en acción de gracias muchas veces al día. – porque te da esto y l otro – Porque te han despreciado. – porque n tienes l que necesitas o porque lo tienes. Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también Madre tuya –Porque creo el sol
l y la luna y aquel animal y aquella otra planta. – Porque hizo a aquel hombre elocuente y a ti te hizo premioso..
Dale gracias a Dios por todo, porque todo es bueno.”

¡Chúpate esa mandarina¡ Pues no se necesitan agallas ni nada para poner en práctica estas cosas. Bueno, a lo que iba. Ayer 30 de septiembre, festividad de San Jerónimo, como ya va siendo en mi costumbre me publicaron en las “ Las Provincias”: “La nueva asignatura”, sobre la mentecatez, el “desvarío” diría yo más bien, imitando a la Vicepresidenta del Gobierno, que supone la asignatura “Educación para la ciudadanía”.
No me quitaron ni una coma, cosa que se agradece y aproveché para decir que quienes han recibido, la doctrina cristiana, están defendidos contra “otros adoctrinamientos”, porque nadie cambia oro por latón.

Ayer terminé de leer el prólogo de “Jesús de Nazaret” y justo estaba firmado el 30 de septiembre del 2006, festividad de San Jerónimo. Como muy “apañao”. Como cuando leí el prólogo de la “Historia de Jesucristo” de Bruberger que estaba firmdo en 1964, para la juventud de entonces, así decía. La deuda de gratitud que tenemos con Ratzinger, Brucberger, Sheed, Knox, Chesterton y un largo etc, es impagable. A san Jerónimo seguro que le encanta que hable de estos colegas suyos tan lejanos para él en el tiempo.

Y como no decir que hoy Santa Teresa de Liseux, Doctora de la Iglesia con 23 años. Eso es aprovechar el tiempo.
De niñas, circulaba como chiste: “¿quién es la patrona de los fruteros? – Santa Cerecita del Niño Jesús”.

No puedo dejar de contar que el 17 de mayo de 1925, Roma había exaltado a Santa Teresa del Niño Jesús y para festejar a “la pequeña Reina” la iglesia de San Pedro había sido engalanada con una suntuosidad inusitada – cuenta Trocha – y el 31 de mayo de 1925, domngo de Pentecostés, era canonizado San Juan María Vianney. Santa Teresita, presto sus galas, pr así decirlo al “pobre cura de Ars”, ambos glorias de un mismo siglo y de una misma patria, fueron envueltos en igual triunfo.