09 octubre, 2007

El tiempo vuela

No es tópico. El tiempo vuela realmente. Siempre es de noche y hay que irse a la cama. Dios nos quita cada noche como decía Ronald Knox, los juguetes con los que tanto nos entretenemos –pido perdón a quienes trabajan como negros todo el día, aunque estos no creo que me lean- y tenemos nuestro ensayo general para la muerte. Pero no voy a ir por ahí. Trato de contar cosas que no quiero que, con el continuo sucederse de los días y sus eventos, se queden en el tintero. ¿En que tintero?

El 3 de octubre de 1932, San Josemaría haciá unos ejercicios espirituales en Segovia, en el Convento de los Carmelitas fundado por San Juan de la Cruz. (tuve oportunidad de visitarlo y pedir, por intercesión de ambos santos, algo de fuste). Durante esos ejercicios, el día 6 tuvo la inspiración de encomendar las labores apostólicas de la Obra a los tres arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Lo que desde luego no fue idea suya, pero fue una buena idea, es que el 6 de octubre del 2002, es decir, setenta años después, Juan Pablo II, lo declararía santo. Cumplió en su carne lo que había dicho siempre a sus hijos: “tenéis que ser santos, sin que os falte un pelo”.

Hoy 9 de octubre, se celebra en Valencia la entrada en ella de Jaime I el Conquistador. Es lo que digo yo año tras año a mi gente, valencianos todos: “vinimos los aragoneses, y arrasamos”. Cosa que me recuerda eso de “vinieron los sarracenos / y nos molieron a palos/ que Dios ayuda a los malos / cuando son más que los buenos.”. Hoy se celebra también la consagración de la Catedral que era mezquita, donde tantas misas llevo yo oídas. Nuestra Catedral, de gótico cisterciense y tres hermosas puertas: románica, gótica y barroca, es muy hermosa.