17 junio, 2007

Cada día su afán

El verano, cuando se tiene una edad respetable, a veces es un pequeño huerto. En alguna medida, se hace realidad lo que le dijo el Señor a San Pedro: “Cuando eras joven, tu mismo te ceñías e ibas a donde querías, cuando seas viejo otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras ir”, porque ¿qué se me ha perdido a mí en “La Virgen de la Vega”, que además me va a costar mis buenos euros alquilar el apartamento? Pues se me han perdido dos hijas y seis nietos. Y allá que iré. Y que Dios me ampare y agradecida de que tengo mi propio techo, que no es moco de pavo ser independiente, y tener un par de piernas ágiles. Comentábamos estas cosas Mary Luz Maribel y yo, cuando cambiando un poco el sesgo de la conversación, dijo Maribel: “A Lola le preocupa mucho el futuro” y era claro que lo que le preocupaba era quien la iba a cuidar a ella, que tan bien cuidó a Luis su marido.

Al oírla, me vino al pelo esa frase de Tomás de Kempis: “Vano es inquietarse y preocuparse por algo que vendrá, ven que quizá no venga”. El futuro está en manos de Dios y es una tontería tratar de cargar con él. “Bástale a cada día su afán”.Y les conté el caso de mi hermana. Siempre le preocupó el hecho de que al ser su marido hijo único, al morir su suegra tendría que “cargar” ella con la hermana de ésta, la tía Alejandrina: ciega, voluminosa y un poco subnormal. Pues ocurrió que mi hermana murió a los 34 años en el parto de su cuarto hijo y la tía Alejandrina murió de anciana muchos años después.