21 junio, 2007

Amalasunta

He terminado de leer “Ciudadelas de Dios”. Me he entretenido con las batallas de ostrogodos y bizantinos allá por el siglo V, y he conocido un poco a Boecio que escribió “De la consolación Filosófica”, libro del que teníamos noticia quienes estudiamos un bachillerato serio. Resulta que lo escribió encerrado en una torre esperando ser condenado a muerte por el rey Teodorico, a quien había servido con lealtad toda su vida. Boecio por su vida ejemplar es considerado mártir. Tampoco han faltado en el libro, los amores necesarios. Amalasunta es hija del rey Teodorico y está enamorado de ella Casiodoro ( que también lo estudiamos). Pero éste se deja a tiempo la política, salva el pellejo, retirándose a Calabria, donde funda un monasterio.

Por la lectura del libro, tengo un amigo más: San Benito de Nursia, el del “ora et labora”, lema que de algún modo procura vivir toda persona sensata que ha dejado atrás su juventud y unos pocos valientes que lo viven, radicalmente, sin haberla dejado atrás. San Benito de joven fue a encontrarse con Dios viviendo en una cueva y allí fue a por él un monje que consiguió llevárselo a su monasterio. Lo nombraron abad y trataron de envenenarlo porque quería hacer de él un monasterio estricto. Más tarde fundó los monasterios benedictinos: trabajo duro, una comida al día y nunca carne y alabar a Dios cantando siete veces al día. Cantando de pie ayudado por sus monjes murió San Benito