Para ser buena
Para ser buena, copìaré algo más de la “Autobiografía” de Chesterton, que en su día señalé con una rayita al margen para lanzarlo a los cuatro vientos en la ocasión propicia. Trata del pecado y la locura (que algo de parentesco tienen) pero mejor oírle: “ Como Bunyan que en su etapa de perturbación, se describía así mismo como dispuesto a proferir blasfemias, yo sentía un arrollador impulso de grabar o dibujar horribles ideas o imágenes, y me hundía cada vez más en una especie de ciego suicidio espiritual. Por aquel entonces nunca había oído hablar de la confesión en serio, pero eso es precisamente lo que se necesita en esos casos. Me figuro que no son casos nada raros. Lo cierto es que descendí lo suficiente como para descubrir al demonio e incluso, de una forma oscura para reconocer al demonio. Nunca por lo menos, ni siquiera en esa etapa confusa y escéptica, me abandoné totalmnente a las ideas del momento sobre la relatividad del mal y irrealidad del pecado. Tal vez cuando por fin me manifesté como una especie de teórico y me describieron como un “optiumista” fuera porque era uno de los pocos que, en aquel mundo de satanismo, creía realmente en los demonios.”
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