28 abril, 2014

Siempre alegres, para hacer felices a los demás, y.. a uno mismo

Muy bonitas las palabras, que nos transmite Misael, dirigidas por Monseñor Munilla, en Radio María, a una mujer con una enfermedad “que la parte”, que nos transmite Misael en su comentario, las repito para que las gravemos en memoria porque nos conviene: “ Sé valiente, se osada y estáte alegre a pesar del sufrimiento, porque no tenemos que esparar a que cambien las circunstancias de nuestra vida para empezar a ser felices.” La alegría no es sentimiento, es un deber”, nos dijo la madre Teresa de Calcuta. Esa frase, breve, y ésta de San Juan Pablo II :”Vivid valientemente vuestras vidas”, tienen la fuerza que en su lenguaje tienen los santos, que son capaces de “movilizar”. Ayer, hablando por teléfono con Inmaculada, una mujer de ochenta años, de sonrisa dulce y a la que el tiempo ha respetado la cara, que lleva en el Opus Dei, como Numeraria, desde su juventud, contándole yo no sé que pena, de las muchas que hay entre la gente que nos rodea, acabó la conversación con éstas palabras: “… Tú y yo. ¡a la brecha¡”. Me galvanizaron y me acompañaron durante todo el día. Si señor, ¡ A la brecha¡. A rendir y agradecer los talentos, sabiendo que nada se pierde. En esta onda, transcribo unas jugosas palabras de San Juan Pablo II: “ Con vuestro dolor podéis afianzar a las almas vacilantes, volver a llamar al camino recto a las descarrriadas, devolver la serenidad y la confianza a las dudosas y angustiadas. Vuestros sufrimientos si son aceptados y ofrecidos generosamente en unión de los Crucificados pueden dar una aportación de primer orden en la lucha por la victoria del bién sobre las fuerzas del mal, que de tantos modos acechan a la humanidad contemporánea.” Más podría seguir aportando y lo haré porque a fuego debemos gravar nuestra obligación de estar alegres a pesar de los pesares.