02 abril, 2014

En el "Arnau de Vilanova"·

Marta, mientras esperaba a que la atendiesen en el “Arnau de Vilanova”, se dirigió con naturalidad a la que chica de al lado: “ Me he hecho un buen corte y vengo a que me pongan la antitetánica y tú, ¿por qué estás aquí?”. Ella no se lo piensa dos veces para hablar cordialmente con alguién que no conozca. Cualidad ésta notable, cuando habitualmente la gente mata su tiempo, en riguroso silencio, con la vista baja jugando con el móvil. A Marta le interesala gente, y no solo a nivel de “Whats App”. Valora “la comunicación cara a cara y no solo con pantalla interpuesta que se apaga y se enciende a voluntad sino atenta al rostro del otro y sus reclamos”, como nos alertaba el Papa Francisco. La chica le contestó o que le dolía mucho la ingle y a guisa de explicación, le espetó: “ porque yo ¿sabes? he abortado y me han dejado mal”. Marta, madre de cinco hijos, contestó con confianza: “¡Un hijo se tiene siempre¡, si me hubieras conocido, no lo hubieras hecho.” Añadió que rezaría por ella. La chica le dijo que su pareja no quería el niño y que ella se “acuerda” del aborto todas las noches. Cuánta ignorancia, cuánta manipulación y cuánta soledad hay entre las chicas. Están desamparadas y engañadas cuanto más ayuda necesitan para salir adelante. Si hablamos unos con otros, como nos pide el Papa, quizá nuestras palabras eviten sufrimiento y ayuden a encontrar la salida del túnel. Al fin hermanos somos y en el camino estamos.