30 marzo, 2014

Chateaubriand

Mañana, 31 de marzo, cumple ya algunos años “El rastro”. A guisa de celebración copiaré un párrafo del “Genio del Cristianismo” de un librito, publicado por Rialp, “selección doce uvas” que compré recientemente, junto con algunos más, para darme un homenaje. Nunca me doy ninguno y eso no es sano. Voy con el cap I, “Apología del cristianismo”: “Desde que el cristianismo apareció sobre la tierra, lo han atacado constantemente tres tipos de enemigos: los heresiarcas, los sofistas y esos hombres, en apariencia frívolos, que destruyen con una sonrisa. (…). Los defensores de los cristianos cayeron en un error que les hacía perder desde el principio. No probaré que el cristianismo es excelente porque viene de Dios, sino que, porque es excelente no tiene más remedio que venir de Dios. Se debía probar que entre todas las religiones que han existido, la cristiana es la más poética, la más humana,la más favorable a la libertad, a las artes, a las letras; que el mundo moderno le debe todo, desde la agricultura hasta las ciencias abstractas, desde los hospicios para los desgraciados hasta los templos construídos por Miguel Ángel y decorados por Rafael.Se tenía que mostrar que no hay nada más divino que su moral, nada más amable y magnífico que sus dogmas, su doctrina y su culto. Se debía decir que ella favorece el genio, depura el gusto, desarrolla las pasiones viurtuosas, da vigor al pensamiento, ofrece formas nobles al que escribe y acabados modelos al artista Que no hay vergüenza alguna en creer con Newton, Bossuet, Pascal y Racine…” Chateaubriand, como todo autor francés presumiendo de sus glorias... Permítaseme: Es un honor creer como Teresa de Calcuta; Teresa de Ávila, Henry Newman; Gilbert Keith Chestertón, Agustín de Hipona; Juan Pablo II…