Relativismo y Pereza
Llegó a mis manos esta jugosa cita de Plutarco: “ La mente no necesita ser rellenada como si fuera un recipiente; más bién como la leña precisa una chispa que la encienda y le dé el impulso de buscar la verdad y amarla”. La cita merece la pena leerla dos veces. Tenemos la mente atiborrada de morralla. La cantidad de ésta que recibimos, y almacenamos, cada día - publicidad e ideología - que flota en el ambiente que respiramos, puede sumerjirnos en la confusión y en el marasmo y hacernos perder pie, incluso a quienes creemos tenerlos bién asentados en la realidad, y olvidar algo en lo que nos va la vida: que la verdad, es algo objetivo no subjetivo y con Machado hay que ir a buscarla, si es que uno no la ha encontrado ya. Tengo para mí que el relativismo, del que Benedicto XVI trata de defendernos siempre que puede, es una mezcla de cobardía y pereza. El relativismo, resulta cómodo. Uno no se arriesga a buscar la verdad – a veces se consigue encontrarla solo quitando broza de la propia conciencia - que oriente el comportamiento, éste se deja éste al pairo del capricho, de lo que está de moda… Así nos va. La verdad es la única moneda válida, porque no se aparta un pelo de la realidad. Y la realidad sabido es que no perdona nunca. Cuando la verdad se busca a nivel moral, se encuentra también a nivel económico. "Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura". No olvidemos que enfrentarse a la realidad exige valentía y humildad.
(carta enviada a "Las Provincias")
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