29 octubre, 2011

La memoria, y más cosas

Cuando tenía dieciséis años,la Madre Digna escribía en mi perefil sicológico: “Tiene mucha memoria” “Es capaz de armonizar sus conocimientos bajo una sola idea”.Las monjas nos conocían bién. Era parte de su trabajo como educadoras y éste lo hacián a conciencia. Bueno, pues aunque a lo largo de la vida he disfrutado esa maravillosa potencia del alma que es la memoria – hubo un tiempo en que se trataba de enfrentarla con la inteligencia y no hay por qué pues lo cortés no quita lo valiente –, ahora, que otros placeres y.. sinsabores han desaparecido, la disfruto más y la agradezco.

Siempre me dio “respeto”, rezar después de la comunión la oración de Santo Tomás de Aquino: “Tomad Señor y recibir mi memoria, mi entendimiento mi voluntad. Todo mi haber, mi poseer…” Me parecía, que el Señor podía cogerme la palabra y Alzheimer al canto. Deducción gratuita y pesimista, fruto quizá de un cierto ambiente que respiramos los de mi generación. Tufillo emparentado con lo que dice Chesterton en su “Santo Tomás de Aquino” a propósito de la herejía de Lutero:

“ Los agustinos realmente estrechos, las personas realmente estrrechas que consideraban la vida cristiana tan solo como el camino angosto, las personas que no podían siquiera comprender la gran exultación dominíca – véase porque los dominícos siempre me cayeron bién – en el resplandor del Ser, o la Gloria de Dios en todas sus criaturas…”

Pero hace poco caí en la cuenta de que estando mi memoria en manos de Dios y no en las mías está en las mejores manos posibles, incluso para que esa memoria siga funcionando. Hace muchos años, le dije al sacerdote en la confesión durante un curso de retiro, con indudable preocupación: “Es que si me tomo en serio la conversión, me puede venir un cáncer de huesos y …” El sacerdote se rió a gusto. Y yo seguí “ a pesar de todo” luchando por ser más buena.

Hace poco me contaba una amiga: “Mi marido es una buena persona. A veces va a misa, a veces no – para conservar su independencia - ycuando le digo algo para que vaya, me contesta: “¿Para que quieres que me convierta? ¿Para que alcabo de unos meses me muera como le pasó a fulanito?” Esta vez la que me reí fui yo.

1 Comentarios:

At 29 octubre, 2011 12:31, Anonymous Anónimo escribió...

Divertido artículo Rosa. Memoria, voluntad e inteligencia son las potencias del Alma. Así que si hay de lo uno, lo otro se crece considerablemente.

Un admirador

 

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