27 octubre, 2011

La colcha

Cuando me da por poner bonita la casa – de vez en cuando hay que hacerlo porque si no éstas evejecen lastimosamente – tapizando sillones, cambiando ambientes, colocando plantas.. etc, más de una vez he pensado: “me tendría que comprar una buena colcha”. Tengo varias que voy cambiando, pero la verdad es que las tengo muy vistas.

Ahora, después de desayunar, estoy otra vez leyendo “ el Vazquez de Prada” – uno de los tres tomos de la biografía de San Josemaría - y como siempre, me lo paso en grande. Esa biografía no tiene precio. Bueno pues he recordado que San Josemaría, en Roma tuvo por primera vez colcha en su cama el 28 de febrero de 1964 – hay que recordar que llegó a ella en 1946 – hasta entonces no habían tenido dinero para que las camas de todos los residentes de Villa Tevere tuvieran colchas en sus camas. Él quiso ser el último en tenerla. Cuando llegó a su cuarto y la vió dijo para sí: “ Josemaría , ¡ si te has viuelto rico¡ Viva el lujo y quien lo trujo”

Dos días más tarde, en tono festivo y a modo de postdata escribía al Consiliario de España: “¡Gran noticia¡: desde hace tres o cuatro días, me da mucho respeto entrar en mi dormitorio, ¡porque me han puesto una colcha en la cama¡ ¿Será que al fin tenemos dinero para comprar una colcha? ¡ Bendita pobreza¡ Amadla, sin espectáculo, con todo lo que lleva consigo. Amadla.”

San Josemaría dijo a una de sus hijas de la Administración que cuando pasara el tiempo contara a sus hermanas esa anécdota. “ ¡Ya nos llevamos comidos tres pianos” decía San Josemaría, con buen humor, en Latinoamérica, recordando la escasez de los primeros años del Opus Dei.

Así pues, tengo una buena razón para no tener colcha nueva

1 Comentarios:

At 05 noviembre, 2011 13:00, Anonymous merche escribió...

Me has convencido. No cambio las cortinas de mi dormitorio.

 

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