19 noviembre, 2011

El viaje

Mi hijo Juan se presenta el lunes 21 a una oposición a ochocientos Kms. de para consolidar su puesto de trabajo. No lo tiene fácil: hay solo una plaza para toda España y aunque su “curriculum” es espléndido. El que por así decir sería quien debería apoyarle en el tribunal, tiene otro candidato. Ni que decir tiene que he rezado bastante por él, poniendo por intercesor a Isiodoro Zorzano, y lo seguiré haciendo, pero no pierdo la oportunidad de pedir a los que me leen, una avemaría por él. Gracias.

Juan ha bregado mucho en la vida y es un intelectual que “tiene tablas” simpatía y sensibilidad y siempre en lo que se ha metido, ha salido airoso. Tiene estrella. Para decirlo todo diré que siempre he rezado mucho por él. Nunca lo he visto preocupado. Pero una cosa es ir solo por la vida y otra cuando están en juego los garbanzos y se tiene a cargo mujer y dos hijos.

Al verlo un tanto abatido pensé: tengo que decirle a su hermano Quino que sería estupendo que lo acompañara: tiene un buen coche y puede perfectamente dejar su trabajo algunos días. Pero luego se me olvidó esa buena idea y no le dije. Por eso me he llevado el alegrón del siglo cuando Quino me dijo ayer por teléfono: “ he visto tan agobiado a Juan que le he dicho que si quiere lo acompaño a la oposición.”

No se porque nos preocupamos a veces y queremos resolverlo todo nosotros. Dios, además de Padre todopoderoso, es “muy agudo” como decía aquella buena monja aragonesa. Cuando colgué a Quino el teléfono, me recé un rosario en agradecimiento. Porque además ese viaje unirá aún más, para siempre, a los dos hermanos.

Juan presenta su documentación el 21 de noviembre, festividad de la Presentación de la Virgen en el Templo…En el año 89, ese día mi madre, de 85 años vino a vivir con nosotros. Recuerdo que pensé: “ el día de la Presentación de la Virgen en el Templo y mi madre se presenta en mi casa…”

“Gracias tibi Deus, garcias tibi”. Nada, como vivir a la sombra de sus alas.