Lucía y mi gente
“¡Que Santa Lucía te conserve la vista¡”, me decía mi madre con irónica superioridad en mi tiempo de universitaria. Parece que la estoy viendo con sus chispeantes ojos azules, en los que había siempre su poquito de burla. Lo decía, cuando mi idealismo - “¡Estás en las nubes¡” - chocaba con su “sensatez”, con su “estar en la realidad”. Cuando alardeaba de que ella estaba en la realidad y yo no, le decía triunfante: “¿En que realidad mamá?”. Realidades hay muchas. O, por mejor decir, hay una sola: que de este mundo no salimos vivos por más que corramos. La creencia en el más allá y su relación con el más acá, me ha acompañado siempre. .
Creo que santa Lucía – a instancias de mi madre – no solo me conservaba la vista sino que me hizo lúcida. A instancias de mi madre: yo nací con vista solo en el ojo derecho. En su laborioso parto – mi madre tenía 38 años -, los forces se cargaron la vista del otro. Seguro que rezó a mucho a santa Lucía, por mí. Como mis padres eran inteligentes ambos, recibí una educación que no consideraba para nada esa mengua de visión al nacer, el otro ojo se ve que suplió y yo era una chica alegre con una vista estupenda. Ahora las cosas han cambiado: tengo en el ojo bueno, una seria catarata. Aunque he perdido bastante visión, me da miedo operarme: “más vale malo conocido…”.
“¡Qué yo vea con Tus ojos, ¡Cristo mío, Jesús de mi alma¡” exclamaba San Josemaría cuando tenía la edad que tengo yo ahora. Cuando se lanzó a su gran catequesis por América, tenía más de setenta años y por sus cataratas estaba prácticamente ciego. La gente, que multitudinariamente, acudió a escucharle no lo sabía. Como murió en 1975. – con setenta y tres años – creo que el Señor le libró de la incertidumbre de operarse o no, caso de que en ese tiempo hubiera opción para ello.
Mi hijo Juan espera su segundo hijo. En este caso una niña. Me enteré el 24 de julio – festividad de Santa Cristina, Reina de Suecia – la noticia fue un estupendo regalo de cumpleaños ( 29 de julio, festividad de santa Marta). Es muy probable que se llamé Lucía. Los padres atienden solo a que el nombre es hermoso y hace relación con las estrellas… A mi me ha hecho gracia que pase eso justo ahora.
1 Comentarios:
Rosa,
Me ha gustado mucho su artículo. Grandes cosas tenía preparado para vd. el Señor si tanto sufrimiento permitió en su vida desde pequeñita.
Un fuerte abrazo.
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