Me conmovió
Leyendo la infancia de Tolstoy, me conmovió la vida deNatalia Savishna. Contaré su historia. Natalia Savishna era sierva del abuelo de Tolstoi y un buen día se enamoró de Foka, el mayordomo de la casa y pidió permiso a su señor para casarse con él. Éste, montó en cólera: ¿Cómo había podido ser tan ingrata a lo mucho que ella le debía? Y no solo no le dio permiso para casarse sino que la envió como castigo a una aldea cercana a cuidar animales. Tiempo después, a este señor le nació una Natalia Nikolaievna,que sería la madre de Tolstoi, y como Natalia Savishna era buena y eficiente, la mandaron llamar para que cuidara a la niña. Ella, al regresar pidió perdón a su amo por su anterior comportamiento… ( haber osado casarse con el hombre a quien quería). Leyendo estas cosas una comprende ( aunque lamenta) la revolución rusa. No se casó, se quedó en la casa, crió a la niña, y la quiso como a una hija. Cuando murió Nataliana Nikolaievna, Tolstoi era entonces un niño en su desconsuelo iba a buscar refugio al cuarto de Natalia Savishna. Allí, lloraban juntos la muerte de su madre la charla con ella le aliviaba. Andando el tiempo Natalia Savishna en quien sus señores tenían confianza absoluta fue el ama de llaves. Cuando le tocó morir, abandonó este mundo sin pena. Tolstoi, se extiende un poco en relatar la vida de esa mujer a la que quiso de niño:
Dice Natalia Savihna, una de las veces que el niño León Tolstoi va a hablar con ella recién muerta su madre:
“ - Con esto el Señor me ha acercado a él varios escalones. ¿Qué me queda aquí ahora? ¿Para quién vivir y a quien querer?
- ¿A caso no nos quiere a nosotros?- exclamé en tono de reproche y conteniendo a duras penas las lágrimas?
- Dios es testigo de que les quiero a ustedes, pero jamás podré querer a nadie tanto como a ella.
No pudo seguir hablando; volvió la cabeza y rompió a llorar amargamente.”
De la muerte de esta buena mujer nos dice el novelista:
“Abandonaba la vida sin pena, no temía a la muerte y la acogía como una dicha. Esto se dice a menudo pero ¡que pocas veces sucede en realidad¡ Natalia Savishna no temía a la muerte porque moría con una fe inquebrantable y con la convicción de haber cumplido los preceptos del Evangelio (….) Realizó la mejor obra, la más noble de esta vida: murió serenamente, sin temor ni pesar.
La enterraron según su deseo, cerca de la capilla erigida junto a la sepultura de mi madre.El cerrito cubierto de ortigas y cardos donde yacen sus restos está rodeado de una verja negra. Jamás se me olvida al salir de la capilla, acercarme allí para decir una oración.”
Me hubiera gustado contar algunas cosas del día a día de esta buena mujer.
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