15 marzo, 2010

Conversión de Sir Alec Guiness (II)

A los pocos días de este incidente, un hijo de Alec Guinness, Mateo, de11 años, quedó paralítico por poliomelitis. El pronóstico era incierto. Movido por un impulso interior, cada noche, al terminar el rodaje, Guinness comenzó a frecuentar una pequeña iglesia católica en su camino a casa. Pedía intensamente a Dios la curación de su hijo, y prometió que no se interpondría en su camino si el niño, que había sido matriculado en el colegio de los jesuitas, deseaba hacerse católico. Felizmente, Mateo se recuperó. Y un año más tarde, anunció que deseaba convertirse al catolicismo. Alec recordó su promesa a Dios, y accedió a la conversión.

Pero Dios quería hacerle un regalo aún mayor. Movido por la fe de su hijo, Alec Guinness comenzó a estudiar el catolicismo. Tuvo largas conversaciones con un sacerdote católico y, finalmente, se decidió a hacer un curso de retiro en una abadía trapense. Aquello le dio fuerzas, pero aún no había llegado su momento.

A principios de 1956 -y animado por la actriz Grace Kelly, que era católica-, asistió varios domingos a la Santa Misa mientras rodaba una película en Los Angeles. La doctrina de las indulgencias le frenó por unos meses, pero finalmente dio el paso. Fue recibido en la Iglesia Católica por el obispo de Portsmouth en el verano de 1956. Como señaló poco después: "No ha sido algo precipitado ni tampoco un impulso emotivo: ha sido una decisión que me ha costado la vida entera".

Seis meses después, mientras rodaba en Sri Lanka “El puente sobre el río Kwai” (octubre 1956 - abril 1957), su esposa le llamó al set para comunicarle que también ella había decidido convertirse. Fue una sorpresa que Alec festejó con todo el equipo de producción. Y, como sucede a veces a los conversos, en aquellos días se sintió movido por un fuerte impulso evangelizador. (Fue justamente el filme por el que recibió el Óscar).

También surgió en él una profunda Fe. En sus memorias recuerda cómo un día, mientras estaba en Sri Lanka, dedicó la jornada que tenía para su descanso en caminar hasta una ermita muy lejana y así poder rezar ante el Santísimo Sacramento.

Sir Alec Guinness, murió el año 2000 a la edad de 84 años. Gracias al padre Brown de Chesterton, que lo llevó "de la mano" (en el encuentro con un niño) hasta las puertas de la Iglesia, murió alegre y feliz en el seno de la Iglesia católica. En sus memorias escribió: "Si de algo debo lamentarme es de no haber tomado antes la decisión de convertirse al catolicismo".