30 enero, 2010

Normandía

Si Dios quiere mi hija Fe, su marido y sus hijos, se irán este verano a Normandía.. En un primer momento les tuve envidia – a mi me da igual nio ver Nueva Zelanda, México o Nueva Cork, ni Croacia ni Atenas, pero siempre me sedujo Normandía. Luego me repuse : “Me da mucha alegría, que os vayáis a Normandía”.

No se porque siempre asocié Normandía con los Caballeros del Rey Arturo, Leonor de Aquitania, vaya usted a saber… La Edad Media – yo no he pasado en Arquitectura del románico – siempre ejerció sobre mi un gran influjo. Luego vinieron las lecturas: el “San Francisco de Asís” de Chesterton – un enamorado de la edad Media -. Los alegres franciscanos recorriendo Europa y mendigando su pan..” Santo Tomás de Aquino: “el buey mudo” cuyos mugidos llegarían muy alto… Santa Catalina de Siena, la hija penúltima, si no me falla la memoria , de un tintorero de los 22 que tuvo con su mujer…Por eso me alegré de encontrar una vez leyendo a Victor Hugo: “ El Renacimiento fue el crepúsculo que todo el mundo confundió con la aurora”.

El caso es que Normandía es Enrique V, Shakespeare, San Michael, Lisieux… porque Santa Teresita del Niño Jesús era normanda. Total que allí estaré yo con la cabeza, que no es mala cosa, los primeros días de agosto, si ellos se van y quien sabe si consigo arrastrar a alguién hacia allá, que todo podría ser. Encomiendo esa posibilidad a un argentino, que en el año 30 pidió la admisión al Opus Dei en Madrid : Isidoro Zorzano. Al que he pedido en la vida multitud de cosas.