12 enero, 2010

"Llamados a la vida"

Increíble lo bueno que es el libro “Llamados a la vida” de Jacques Philippe ( editado por “Patmos”). Yo he empezado el año con él. Trabajoso el dar muestras y muestras de él porque no sabe una que elegir. Mejor sería que se lo compraran (12 euros).Yo he empezado el año con él.

Siempre he sabido que la palabra de Dios es “ viva y eficaz”, “penetrante como espada de dos filos”, sobre la Palabra de Dios va la siguiente cita del libro:

“La historia de la iglesia abunda en testimonios de hombres y mujeres que han sido tocados por una palabra de Dios, puestos en movimiento por ella, y cuya vida ha encontrado sentido y fecundidad en la encarnación vivida de esta palabra. Pensemos en San Antonio, (251- 356) padre de los monjes, aquel campesino egipcio padre de los monjes, que entrando en la iglesia de su pueblo, fue captado por la frase que leía el sacerdote: “Si quieres ser perfecto, ve, vende cuanto tienes y dalo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo” (Mt19,21). Toda la fecundidad de su vida, el inmenso éxito del nuevo género de vida que inaugurará en la iglesia, la vida monástica, se deriva de la escucha y de la práctica de aquellas palabras. Pensemos también la Madre Teresa, a quien la frase de Jesús: “¡Tengo sed¡”, llevará a dedicar toda su vida con la proyección que conocemos.” De Juan Pablo II son éstas palabras:”la persona consagrada – es válido para todos- siguiendo las huellas de María, nueva Eva, manifiesta su fecundidad espiritual acogiendo la Palabra”

“Se puede decir que el corazón humano está hecho para dejarse sembrar por Dios, que la vocación de todo hombre o de toda mujer es en cierto sentido, la de dar carne a una palabra. La palabra de Dios necesita encarnarse, tomar carne, en caso contrario resulta abstracta y lejana. Y a la inversa, toda existencia humana concreta necesita dejarse fecundar por la Palabra; en caso contrario , solo es una vida replegada en sí misma y sin significada eterno.(…). Ese es el misterio de la Virgen María y de inimaginable fecundidad en su vida: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.”