18 noviembre, 2009

18 – nov – 09

Mi padre murió el 18 de noviembre del 57 y esa fecha, tiene que salir en mi escritura de hoy, porque me acompaña durante el día y he vuelto a caer en la cuenta que un hombre recto y bueno, murió en una fecha bonita. El santoral dice lo siguiente: Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo, San Román mártir, Nuestra Señora de la Divina Providencia.

Lo de las Basílicas lo sabía, pero lo de Nuestra Señora de la Divina Providencia no, y además de haberme alegrado del descubrimiento, doy fe – y podría atestiguarlo con multitud de sucesos ya que mi vida va siendo largar – que esa fiesta responde a una gozosa realidad.

En cuanto a lo de San Román, no me parece mal, Encaja con lo de “El varón que tiene corazón de lis / alma de querube, lengua celestial / el mínimo y dulce Francisco de Asís… ” y tantos otros poemas que le gustaba recitar cuando estaba contento, sentado en la mesa camilla, al calor del brasero de piñol al que a veces se agregaba cortezas secas de naranja o algo de romero.

Sabía, pero lo he vuelto a descubrir, que mi padre habrá visto desde el cielo que entre sus cuatro nietos, figuran un Pedro y un Pablo. En este momento me acaba de llamar mi nieta Marta pidiéndome información sobre Santa Marta, se lo han pedido para la clase de inglés…Será de ver el resultado.
Se la he dado pero no había manera de meterle en la cabeza que de Marta, María y Lázaro ni ningún coetáneo de Jesús, hay manera de saber la fecha de nacimiento.

Los nietos de mi padre, mis nietos…la vida siugue.