24 junio, 2009

Cosas de libros

No he podido resistir “Paraíso inhabitado” de Ana María Matute.
Esta señora no es mi tipo. Lo poco que me ha gustado, en su manera de hablar de Adri ( ella de niña), se debe a que me ha recordado a la “Antoñita la Fantástica” de Borita Casas. Libros que leí de niña con verdadero gusto. Y no veo la gracia a que el Unicornio salga del tápiz por una esquina del mismo y luego vuelva a entrar en él y mucho menos, en las incursiones nocturnas de Adri en el salón de su casa mientras todos duermen, navegando por el pasillo convertido en río en un barco de papel y haciendo que sea una cueva, el espacio de debajo del sofá. En fin que no. Que abandono gustosa su lectura. Va diferencia con elk garbo y salero de Carmen Martín Gaite, y con su optimismo.

Ya dije que me encantó “El mudejarico”. En el capítulo “El pitajuelo”, se lee:

“ Y el papel pequeño era como dibujo jeroglífico o figura de castro, o limbo, o potajuelo a que juegan los muchachos, con palabras escritas que fray Juan le había dejado por memoria y por agradecimiento al consuelo de sus palabras y de sus manos. Y era así:


Nada
No Esto
Esto No
No Esto
Esto No
No
No

Como carta de navegar para andar por el mundo