14 febrero, 2009

Tanto que escribir, tanto que agradecer…

El día de la Virgen de Lourdes, 11 de febrero, fue el aniversario de boda de mi hija Fe. Su marido, después del trasplante de sus dos pulmones, ya está viviendo en casa… Que oportuno el día de la boda de esta niña, para lo que le esperaba en la vida y que oportuna la elección de nombre para ella.

Lourdes…, el estupendo testimonio de Alexis Carrel en “Viaje a Lourdes”, libro que hubiera sido oportuno reeditar el año pasado que se conmemoraba el 150 aniversario de las apariciones de la Virgen a Bernardette.

Lourdes… el destino de un viaje con mi marido y mis hijos ( la última, Fe de cuatro meses) a la gruta de Masabielle. Los niños buscando por el suelo chapas de botellas de Coca- cola… los niños, son niños.

Ellos, tenían su prehistoria, estaban en la mente de Dios – que es lo que mi padre me decía a mi cuando le preguntaba: “Papá: ¿ dónde estaba yo antes de nacer? – junto a una Virgen de Lourdes. En un pequeño jardín con su estatua al fondo, se me declaró su padre.

Ayer, en la misa de siete de San Andrés Apóstol, en la que tanto y durante tantos años ha rezado mi madre, vi por primera vez a Nacho después del trasplante. Acudió a ella con su mujer y sus hijos. Fue emocionante verle entrar, por la puerta de Cirilo Amorós, después de casi dos meses de clínica, entrar en la iglesia llevando el cochecito del pequeño.A la salida acudió a vernos a todos mi hijo mayor. "La iglesia está igual que cuando venía la abuela" dijo... Fue grato verle allí.

“Señor, Tu has sido nuestro refugio de generación en generación”

Hoy, 14 de febrero día grande.