17 febrero, 2009

Sobre la vida y pensamiento del Padre Pío

El Padre Pío, que nació en 1887, murió el 23 de septiembre de 1968 y alcanzó la gloria de los altares el 16 de junio del 2002; y el “ruido” que según su anuncio profético, debe hacer “más después de muerto que en vida” va creciendo de tal modo que no es fácil imaginarlos designios salvíficos del Señor por mwedio de este santo.

Estigmatzación

El 20 de septiembre de 1918 recibió las “llagas” en manos, pies y costado. Este y otros carismas extraordinarios le obtuvieron muy pronto una fama mundial, pero le acarrearon también un sin fin de problemas, con el Santo Oficio. Desde 1831 a 1933 no se le permitió salir del convento ni recibir visitas, ni mantener correspondencia… podía solo celebrar la santa misa en la capilla interior del convento. Por motivos muy turbios y, sin duda, como afirmó Juan Pablo II en la homilía de la beatificación, sacrílegos espionajes y dolorosas incomprensiones, “por una permisión especial de Dios”, tuvo que sufrir de nuevo, en los años 1960-1964, incomprensiones, calumnias y limitaciones en el ejercicio de su ministerio pastoral.

Pero en los muchos años que pudo ejercer su ministerio, centró su labor en el altar y el confesonario. Impulsó a muchos miles de hombres y mujeres de todo el mundo hacia la santidad y creó la “casa Alivio del Sufrimiento” y los “Grupos de Oración”.

Carismas extraordinarios

En la vida del Padre Pío hay muchas cosas inexplicables y desconcertantes:

Hipertermia: subida de syu temperatura corporal hasta los 48º y más.

Alimentación: con frecuencia una sola comida al día y muy escasa, cuando
la tomaba para una jornadade 15 o 16 horas de confesonario.

Bilocación: sin abandonar San Giovanni Rotondo, se le “vio” en otros lugares de Italia y de América.

Conocimiento de las conciencias: son muchos los que afirman que al acercarse al confesonario, escucharon de labios del Padre Pío, la lista completa de pecados, con frecuencia olvidados por los muchos años, que tenían que manifestar al confesor.

Don de profecía: en 1959 respondió al saludo que el cardenal Montini le enviaba desde Milán con el comandante Galletti, hijo espiritual del Padre Pío, con este mensaje: “ Escúchame Galletti. Di a su Excelencia que, cuando muera este Papa, él ha de ser su sucesor” y se sigue hablando de la invitación a prepararse para ser el sucesor de Pedro a Karol Wojtyla, cuando en el año 1947, se confesaba arrodillado ante el Padre Pío.

(seguiré)