25 octubre, 2008

Era de Bernanos

Le decía hace poco a Virginia que, a fuerza de leer el evangelio, con los años, uno se encuentra retratado en algún personaje de él, en uno o muchos aspectos de su psicología o comportamiento. Sabía que esta idea, que tengo archi comprobada, no era mía, aunque sí la convicción de ella. Esta noche, entre deslizada entre esos papeles importantes que guardamos, que no son de banco, pero cuya lectura encauza tantas veces nuestra vidas he encontrado al autor de la idea: era de G. Bernanos, de “Diario de un cura rural” y dice así : “Cada uno de nosotros tiene su lugar marcado en el evangelio”. La cita, en una pequeña ficha amarillenta está escrita con una hispano-olivetti con tinta azul. Me la regalaron, en 1958,junto con un buen montón de fichas escogidas, fruto de años de buena lectura. De niña, veía a mi padre subrayar sus libros de medicina, con un lápiz bicolor rojo y azul, cielo e infierno, como los come-cocos del colegio. De ver siempre leer a mi padre empecé a amar los libros. De eso y de los hermosos cuentos que me regalaba, el primero de ellos en verso “Leyenda de la Princesita Mío-lo- San” que tanta gente de mi generación leyó y aún sería capaz de recitar. Se pierden mucho los niños que no leen los cuentos que nosotros leímos – el alma de niño, como la del hombre no cambia - y los jóvenes que no leen a muchos de los autores que se estudian, o mas bien estudiaban,en literatura. Se pierden, entre otras muchas cosas, su integridad como hombres.

(carta enviada a "las Provincias")