09 octubre, 2008

Algo de historia

Hoy, 9 de octubre de 2008, se celebra en Valencia la entrada en la ciudad de Jaime I el Conquistador, el 9 de octubre de 1238. Con tal motivo esta tarde tiene lugar una gran cavalgata cívica, que es en esencia una recreación histórica del desfile que aquí tuvo lugar, el 9 de octubre de 1428 durante el reinado de Alfonso V el Magnánimo.

Este año coinciden el 800 aniversario del nacimiento de Jaime I y el 550 del aniversario de la muerte de Alfonso V de Aragón, III de Valencia, I de Mallorca y Sicilia, y un largo etc. Pensaba ir a ver la cavalgada, pero estoy bastante cansada. Veré algo de ella en el canal 9 de televisión y aprovecharé para poner un poco de orden en mi armario. Guardar la ropa de verano y sacar la de invierno es algo bastante fastidioso, las mujeres lo sabemos bien. Todos tenemos demasiada ropa. Es un engaño más de estos tiempos, en los que como decía Benedicto XVI, la mentira es poderosa. A fin de cuentas, el hábito no hace al monje, el tiempo pasa y no hay manera de disimular, por trapos que se tengan que la que ayer era nuera hoy es suegra.

Ha llovido la tarde entera y al final he bajado a misa, el sacerdote ha dicho que en la diócesis se celebraba la dedicación de la catedral, antes mezquita. Amo la catedral de Valencia con sus tres hermosas puertas, la románica de gran encanto, que enmarca bonita una foto mía del noviazgo, la barroca o de los hierros, con su acogedor banco circular de piedra y la gótica o de los apóstoles frente qaue da a la plaza de la Virgen, frente a la hermosa casa del Vestuario.

En septiembre del 39, frente a la puerta gótica de la catedral, Jose Orlandis, sacerdote del Opùs Dei ya en el cielo, catedrático de Universidad a los 23 años, conoció a SanJosemaría Escrivá, cuando era universitario y estaba haciendo las milicias. Ese encuentro cambió su vida. San Josemaría, de buenas a primeras, le invitó a un retiro espiritual de tres días en el Colegio de San Juan de Rivera en Burjasot, Jose Orlandis le contestó que no podía, que tenía que incorporarse al cuartel después de las vacaciones. San Josemaría no se inmutó: “vente al retiro y después cumple el arresto”.

No he tenido mocaorá ( no se si se escribe así) : un bonito pañuelo de seda envolviendo frutas de mazapán, que los novios regalan a las novias este día. Pero la tuve, y el recuerdo de ella me ha acompañado en los sucesivos
Nueves de octubre.