Teresiana

Anoche me he desperté a las cinco de la mañana y en vista de que de dormir nada, me levanté a por un libro. Cogí uno a tono con la festividad litúrgica del día siguiente: 15 de octubre, Santa Teresa de Jesús. El hermoso libro, que sobre la santa escribió, Marcelle Auclair. Elijo unos párrafos que escribo a la salud de mis monjas Teresianas, que cargarón conmigo desde los 6 hasta los 17 años. Y entre ellas la Madre Pilar del Espíritu Santo mucho más tiempo, también de mis queridas Carmelitas Descalzas, las monjas de Santa Teresa.

Ya próxima a su muerte después de una vida de oración, de trabajos y de fundar conventos “sin blanca”

“Cuando, a las cinco de la madrugada, la campana despierta a la comunidad de Palencia, la Madre Teresa puede saber lo que pasa en sus otros palomarcitos: Ávila, Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Alba de Tormes, Segovia, Beas, Sevilla…En todos, las palomas de la Virgen, a esa misma hora, con sus velos blancos o negros, corren a lavar sus plumas en el agua lustral de la oración y romper en arrullos a nuestro Señor Jesús.
A Nuestro Señor para que interceda por sus predilectos: los pecadores, los enfermos, los desesperados, los moribundos, los que luchan, los que sufren, los que combaten en la guerra, los que lloran...
La Madre ve como columnas de luz que se alzan hasta el cielo, a modo de escala de Jacob: las oraciones suben al encuentro de los ángeles, a la misma hora en todas partes
Campana para el trabajo o la recreación mientras giran las ruecas. Campana para los oficios, la disciplina o la penitencia. Campana para el examén de conciencia.. Donde quiera que estén, hagan lo que hagan, a la misma hora, en todos los conventos del Carmelo, todas las carmelitas se arrodillan….
La única ocupación sin hora fija es la comida: “En la hora de comer no puede haber concierto, que es conforme lo da el Señor. Cuando lo hubiere, en invierno a las 11,30” (Constituciones)”

Escalofría eso de cuando lo hubiere… Monjas de clausura, que deduda tenemos con vosotras.