26 abril, 2008

Elección de mujer

A cualquier marido acepta la mujer,
pero unas hijas son mejores que otras

La belleza de la mujer recrea la mirada,
y el hombre la desea más que ninguna cosa.

Si en su lengua hay ternura y mansedumbre,
su marido ya no es como los demás hombres.

El que adquiere una mujer, adquiere el comienzo de la fortuna,
una ayuda semejante a él y columna de apoyo

Donde no hay valla, la propiedad es saqueada,
donde no hay mujer gime un hombre a la deriva.

¿Quién se fiará del ladrón ágil
que salta de ciudad en ciudad?

Así tampoco del hombre que no tiene nido
y que se alberga donde la noche le sorprende.

(Eclesiastés. 36, 21-27)