22 marzo, 2008

Sábado Santo

Una hora queda para que termine el día en que la Virgen está sola: su Hijo ha muerto, el Señor no está en nuestras Iglesias y nos es dado comprobar, lo necesaria que nos es su presencia en ellas. Nos queda la oración: “Cuando ya nadie me escucha Dios todavía me escucha. Cuando ya no puedo invocar a nadie, siempre puedo hablar con Dios (…) Si me veo relegado a la extrema soledad…; el que reza nunca está totalmente solo.”( Benedicto XVI)

A las 12 un pequeño pero fervoroso grupo de personas nos hemos reunido en San Juan del Hospital ( la hermosa Iglesia construida en 1238) junto a la imagen de la Virgen Dolorosa para acompañarla en su soledad y también para acompañarnos unos a otros. “Las santas mujeres” he pensado al mirar a mi alrededor. Pero había también hombres. El sacerdote que dirigía la meditación ha recitado un poema que Jose Mª Pemán escribió a la Soledad de María cuando murió su mujer.. A mi lado Mercedes una viuda de casi noventa años, que debió ser muy bonita, escribía en su pequeña agenda con rectos y apretados renglones. Yo también lo hacía. No he podido tomarlo entero.

“Recibe mi angustia y toma, / en tus manos mi ansiedad
y sea mejor piedad, / Señora del mayor duelo
tú soledad sin consuelo / consuelo a mi soledad"

Y luegoo el sacerdote ha continuado: “ Pero ninguno de nosotros tiene derecho a sentirse solo. Los que no tienen a Cristo, esos si que están solos…” Y nos contaba lo que a él le contaba Ibrahim, el hombre que se pasa muchas horas sentado en la acera de la esquina: “Yo he sido hippy, es divertido cuando se es joven vender collares en Ibiza, pero cuando se cumplen los cuarenta y cinco y te visita la primera bronquitis…”.

Hay que moverse, de eso a mi nadie tiene que convencerme, para que haya los menos solos posibles. Para que cuando la soledad nos visite, que nos visitará, podamos por lo menos escribir versos.

Mañana, domingo de Resurrección me esperan en la nevera como siempre una cajita de bombones de licor y en el horno de la cocina una torta de pasas y nueces