19 marzo, 2008

Día de San José

Ha estado bien y aún no ha acabado. Anoche se quedó a dormir en casa, mi nieta Marta, ahora, mientras escribo, su hermana Carla de un año, está a mi lado un tanto apardalada por el catarro. De momento convivimos bien siempre que de vez en cuando le coja los juguetes que se le caen. Ayer, después de cenar tuve que tragarme “Robin Hood” en dibujos que Marta (ocho años) se empeñó en ver, sin negociación posible. Por fin acabó y pudimos leer las dos. Ella “motu propio” se fue a por su Biblia
Infantil, llena de ilustraciones y yo cogí “Dios y los náufragos” ( libro que conviene comprarse). Disfruté el estar abuela y nieta, ésta de corazón no de sangre, inmersas en libros en los que Dios es el protagonista.

Esta mañana después de desayunar al preguntarle a Marta si se venía a misa conmigo o la llevaba a su casa, ha contestado: “Ir a misa contigo, así me preparo para mi Primera comunión”. Marta comulgará Dios mediante el 19 de abril, festividad de Nuestra Señora del Milagro, falta justo un mes. Y no puede ser el día más apropiado, porque milagro es que una niña que nació en Moscú vaya a poder recibir piadosamente al Señor.

La misa la hemos oído, en primera fila que es donde ella quería estar para no perderse nada, en la Iglesia de los Marianistas, en cuyo altar está el Señor en la cruz y a cada lado su Madre y San Juan. Al mirarlos me dice: “ Mira son tres, Jonás estuvo tres días dentro de la ballena y Jesús resucitó a los tres días. Las tres cosas son tres.”. A esta niña no le resultará difícil hacer oración.

Acabo de subir de ver quemar la falla con dos amigas vecinas. Un humo negro ha ascendido al cielo. Mañana el aire de Valencia estará mucho más contaminado. Antes las fallas las hacían de cartón y eso no pasaba. Ahora las hacen de un material más barato que a la vista es una porquería.

Josefina, mi amiga “granaína” a quien encantaba eso de:
a la que le encantaba recitar: “Tengo el alma de nardo del árabe español”
con la que siempre bajaba a ver quemar la falla, hace dos años que está en el cielo.




con la que siempre bajaba