26 febrero, 2008

Ayaan Hirsi Ali

Estoy leyendo, y engancha, “Mi vida, mi libertad” de Ayaan Hirsi Ali.
Otro mundo. La vida de la mujer musulmana es durísima. A favor de los derechos de estas mujeres lucha la autora que habiendo vivido en Somalia, Arabia Saudí y Etiopía, llegó a Europa en 1992 cuando tenía 22 años y llegó, desde su infancia africana a ser diputada del Parlamento en Holanda y escritora de éxito.

El hecho de que la abuela, con la que Ayaan Hirsi Ali se crió, y responsable de su ablación lo mismo que la de su hermana, diera a luz a la madre de ésta a alrededor de 1940, año en que nací yo, en la mejor clínica de Zaragoza, me ha hecho sentir con viveza el contraste entre la vida de una mujer occidental y la de una nómada del desierto que, aunque no hayan compartido el mismo espacio geografíco, si han compartido el mismo tiempo real. Escuchemos lo que Ayaan dice de su abuela:

“Mi madre Asha, nació a principio de la década de 1940, junto con su hermana gemela Halimo. Mi abuela las dio a luz sola, al pie de un árbol.
Eran su tercera y cuarta hijas; ella tenía dieciocho años, y cuando sintió los dolores de parto llevaba las cabras y ovejas a pastar. Se recostó y parió; acto seguido cortó los cordones umbilicales con su cuchillo. Pocas horas después, reunió a las cabras y ovejas y logró conducirlas a casa sanas y salvas antes que anocheciera, llevando en brazos a sus gemelas recién nacidas. Nadie se mostró impresionado por la hazaña: lo único que hizo fue traer dos niñas casa.”

Para que nos quejemos de nada…

1 Comentarios:

At 27 febrero, 2008 12:37, Anonymous Anónimo escribió...

¡Cómo me gusta este blog!
Muchas gracias.

 

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