29 noviembre, 2007

Se va noviembre

No hay como tener un calendario de esos grandes de hoja por mes, e ir haciendo círculos alrededor de las fechas sacandoles flechas con apuntamientos de citas y horas, para darse cuenta de que apenas estrenada la hoja ya está llenita de compromisos y quehaceres y en nada hay que arrancarla porque ha pasado el mes.
Y en el mes de noviembre que mira a la eternidad, poco cuesta recordar a Jorge Manrique: “como se pasa la vida / como se viene la muerte tan callando..”. Sigo siendo joven. Incluso muy joven porque como entonces, al escribir esto sigo estando alegre.

El día 27 festividad de la Milagrosa, fue un día bonito como está mandado. Por la mañana fui con Cristina a hacer un rato de oración donde estaba el Santísimo expuesto. Ambas a pedir seriamente por nuestras familias. Una mujer que no rezador su gente es como un jardín sin flores.

Al llegar a casa dos llamadas que me alegraron: Ángeles había conseguido el día anterior su carnet de conducir lo cual requiere comentario aparte. Luego Mary Carmen me contó de su vida: de Ángel su marido, y de Osel y Mary Carmen sus hijos. Mary Carmen estuvo en mi casa como asistenta y en ella conoció por dvd a San Josemaría Escrivá y ya ha entrado a formar parte de su vida. Reza la oración de la estampa y le pone una vela una vez al mes.

Por la tarde, “tarde con Teresa”. La conocí. Como ya dije cuando mi cuarta hija era de capazo y ella estudiaba Económicas porque me ayudaba en casa y con los niños. Ahora ella tiene hijos uniersitarios… Después de treinta años sin vernos hemos vuelto a conectar por esas casualidades que no lo son. “Todo está en los libros…” que cantaba la tele por los sesenta. O como dice Borges:
“cada encuentro es una cita”. Pasamos un rato estupendo porque ambas somos mujeres de raíces profundas, como la película de Alan Lad ( que no se como se escribe, pero al que siempre encontré un rubio insulso). Todo ello condimentado por el recuerdo y la oración por Milagrosa, que está en el cielo seguro y seguro también que quiso que Cristina y yo pasáramos un buen día de su santo, que amiga de las dos era.