05 noviembre, 2007

Charla a madres jóvenes

Mañana tengo que dar una charla sobre la confesión a un grupo de madres jóvenes. Tema que conozco y practico. Mientras la preparaba he recordado que Chesterton habla de la confesión en distintos sitios. He ido a por su autobiografía y creo que lo que dice bien vale para muchos ambientes tristes pero nada lejanos:

“Como Bunyan que en su etapa de perturbación, se describía así mismo como dispuesto a proferir blasfemias, yo sentía un arrollador impulso de grabar o dibujare horribles ideas o imágenes, y me hundía cada vez más en un ciego suicidio espiritual. Por aquel ,entonces, nunca había oído hablar de la confesión en serio, pero eso es precisamente lo que se necesita en esos casos. Me figuro que no son casos nada raros. Lo cierto es que descendí lo suficiente como para descubrir al demonio e incluso de una forma oscura para reconocer al demonio. Nunca, por lo menos, ni siquiera en esta etapa primera etapa confusa y escéptica, me abandoné totalmente a las ideas del momento sobre la relatividad del mal o la irrealidad del pecado. Tal vez cuando por fin me manifesté como una especie de teórico y me describieron como un “optimista”, fuera porque era uno de los pocos que, en aquel mundo de satanismo, creía realmente en los demonios.”

Decía San Josemaría Escrivá que para conseguir una confesión vale la pena dedicar una vida.