03 septiembre, 2007

La Paciencia

La paciencia

“Y mediante la paciencia, poseeréis vuestras almas

"El amor es paciente"

Ya se ve que no es virtud pequeña la paciencia. Cuando tenía dieciséis años, el sábado anterior al domingo de Pentecostés, la Madre Pilar, nos hizo coger, sin verlo, un cartoncito que tenía dibujada una paloma y sobre ella y en su parte inferior, un don y un fruto del Espíritu Santo gozo, y nos recomendó que pidiésemos ese día el don y el fruto que nos había salido, porque los necesitábamos. Los míos fueron entendimiento y paciencia.

Respecto al entendimiento, creí que ya lo tenía y de alguna manera así era, pero he de reconocer que ha aumentado, y en cuanto a la paciencia la iba a necesitar de veras a lo largo de la vida.

Ayer leí en la primera carta de San Pedro que: “ en los días de Noé los esperaba ( a que se construyera el arca en la que entraron ocho personas) la paciencia de Dios”. Me gustó.

Cuando mi marido se fue, yo acudí al Convento de San José y Santa Teresa de Carmelitas descalzas, donde había una monja que había sido alumna mía y donde además había pasado su vida desde jovencita hasta su muerte, Aurora, tía carnal de mi marido. Fui allí a pedir a las monjas que rezaran porque volviera. De esto, han pasado diecisiete años…

Tambien ayer,leyendo “Historias y Anécdotas del barrio del Carmen”, de Juan Luis Corbín Ferrer, me he enteré de que en el Convento de San José y Santa Teresa, se veneraba una imagen de Nuestra Señora de la Paciencia que los sarracenos destrozaron al saquear Oropesa, donde se le daba culto, y don Miguel Cervellón y otros trajeron a Valencia, como atestiguan los siguientes versos:

“Las imágenes sacras recogieron

y rotas a Valencia las truxeron.

El que las recogió no se me esconde

Don Gaspar Mercader, de Buñol Conde”


Como alguna vez he dicho, sigo rezando por mi marido. La paciencia, como se ve me ha sido dada. Como dicen las Carmelitas Descalzas, cada vez que contestan al teléfono: “Alabado sea Jesucristo”.