06 septiembre, 2007

Encuentro

Al funeral de Montse, fue también Mary Carmen. Aunque solo nos vemos por casualidad hay buena onda entre nosotras, las dos somos rezadoras. No hace mucho que me había dicho salir de Santa la Iglesia de Santa Catalina:

“Reza por mi amiga Paquita, tiene cáncer de huesos, está muy mal y no quiere confesarse ni que le hablé de Dios, está rebotadísima. Hasta me ha dicho que no vaya más a verla”. Recé. Así que cuando a la salida del funeral me dijo con sonrisa luminosa: “¿Te acuerdas de mi amiga Paquita?”. Me acordaba. Continúo: “ Ha muerto estupendamente”. Le pedí que me contara esa muerte y lo hizo.

Mary Carmen olvidó sus palabras, continúo viéndola. Gracias a ella – al no tener respuesta ni por teléfono, ni en casa - la encontraron los del Samur a los pies de la cama con una pierna rota. Además Paquita era diabética y estaba muerta de sed, por lo que consideró un milagro el haber podido salir de esa situación. Cuando ya estaba muy mal Mary Carmen le habló claro: “Te vas a morir, el demonio quiere que te vayas con él, si te empeñas´en no pedir perdón a Dios. Dios te quiere y quiere pasar la eternidad contigo. ¿ Me dejas que te eche agua bendita?”. Ella no le dejo. Mary Carmen me explicó: “Ya sabes que los demonios huyen del agua bendita, pero aunque es un sacramental, no actúa si uno no quiere”. Yo eso no lo sabía. Mary Carmen siguió sin desanimarse: “¿Quieres a la Virgen?”. Paquita dijo que sí. Mary Carmen sacó una estampa de la Virgen para que la besara. La besó. Y luego Paquita rezó un Padrenuestro con una voz firme, impensable. Eso sucedía a las diez de la noche y Paquita murió a las ocho de la mañana. Esa noche habló con su hermano a quien no trataba y al preguntarle si era feliz, ella dijo que sí. Me dijo Mary Carmen, sin dejar de sonreír: “Jesucristo la esperó "