14 febrero, 2007

Gratitud


Una de mis hijas llevaba mucho tiempo rezando a Don Álvaro del Portillo, segundo Padre del Opus Dei, para conseguir vender su casa. Hoy, 14 de febrero aniversario de la Fundación de la sección de mujeres del Opus Dei, ha recibido la señal del compromiso de compra. Por otro lado, yo hace tiempo que quería contar un suceso bonito que tiene por protagonista a San Josemaría Escrivá. ¿Qué mejor día que hoy para hacerlo?. Aquí va:

En el curso 1927-1928, San Josemaría daba clases en la Academia Cicuéndez. Mariano Trueba lo describe como “un hombre dinámico, de aspecto fuerte y buen color de cara. Muy directo de trato, y con deseo de meterse en la vida de todos”.
Al salir de la Academia algunos estudiantes le acompañaban un trecho de camino hacia su casa, pues siempre tuvo, además de simpatía, gancho, para la gente joven y menos joven. Dado que su aspecto siempre era pulcro y cuidado, les sorprendió que llegara un día a clase con la sotana ( entonces los sacerdotes la llevaban habitualmente por la calle ) toda manchada de blanco.Algo raro debía haberle ocurrido. Le tiraron de la klengua y – refiere Mariano Trueba y les contó lo sucedido.
Venía en la plataforma del tranvía, cuando notó que un obrero albañil, con un mono manchado de cal, se le iba acercando con una aviesa intención, que el sacerdote adivinó en su mirada. Y adelantándose en su propósito, se le abrazó estrechamente mientras le desarmaba diciendo:
-¡ Ven aquí, hijo mío, rebózate conmigo¡ ¿te has quedado a gusto?

(Andres Vázquez de Prada, ed. Rialp. Madrid 1997, vol I pág 272)