Caperucita Roja
El cuento de Caperucita Roja, lo creó Charles Perrault en 1697. Enseguida se divulgó por todo el mundo. En España en la Biblioteca Nacional, se encuentra un ejemplar de él de 1711. Hay de él más de 250 ediciones.
Caperucita no ha traumatizado nunca a los niños a la vez que les advierte de los riesgos que entraña la libertad. En el cuento se encuentra un modo de entender la vida del hombre como una aventura, a la vez que los cuatro elementos, Caperucita, su madre, el lobo y la abuela, que forman parte de cualquier mito heroico. Caperucita es la protagonista de la aventura. La vida es una aventura para todo el que sea consciente de que es libre. ¿Libertad para qué? Ahí entra la madre de Caperucita. Es la que le da el encargo: “Anda a ver a tu abuela que está enferma y llévale esta tortita de miel”. Sin encargo, no se puede ser héroe, pues el héroe nunca vive para sí mismo. Todos podemos ser héroes si empeñamos nuestra libertad en sacar adelante una misión que nos han confiado. El encargo no se lo da uno a sí mismo. Ningún hombre se da a sí mismo la tarea que debe llevar a cabo. La tarea se recibe. No somos libres para nosotros mismos, sino que somos libres para realizar una misión que nos es dada. La abuela es la beneficiaria de la misión. Cuando la libertad se emplea en vivir la vida para uno mismo, no hay un héroe, hay un frívolo. El lobo representa las dificultades que hay que enfrentar y superar para llevar a cabo esa misión confiada.
(Todo esto está sacado de un libro que merece leerse:”El libro de la confesión “ de José Manglano)
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