Chateaubriand habla de su Primera Comunión
Mañana sábado 27 de enero comulga, como ya dije mi nieto Álvaro, he procurado prepararme para ello y sobre todo agradecer.. El 25 de enero, Helena Reginard y yo, amigas del Colegio, mantuvimos una agradable y larga conversación telefónica nocturna. Hoy he visto su solicitud de amistad. Una alegría. Otra: poder poner está cita de Chateaubriand, que le dedico recordando impecable pronunciación cuando venía D. Rafael a darnos clase de francés. " Era Jueves Santo cuando fui admitido a esa ceremonia conmovedora y sublime, que yo en vano he tratado de bosquejar en El Genio del Cristianismo. Podría haber reencontrado en ella mis pequeñas y acostumbradas humillaciones, porque mi ramo de flores y mis vestidos eran menos hermosos que los de mis compañeros. Pero ese día todo fue para Dios y por Dios. Sé bien qué es la fe: la presencia real de la víctima en el santo sacramento dfrancel altar me resultaba tan sensible como la de mi madre a mi lado. Cuando fue depositada la hostia sobre mis labios, me sentí iluminado por dentro. Temblaba de respeto y la única cosa que me pero cupaba era el miedo a profanar el pan sagrado. “El pan que yo os propongo / es alimento de ángeles / y Dios mismo lo fabrica / con la flor de su trigo” (Racine). Entendí entonces la valentía de los mártires: habría podido entonces confesar a Cristo en el potro e tortura o en medio de los leones. (Chateaubriand, selección doce uvas ed. Rialp )
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