Esperanza de altos vuelos
“Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro sino hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que preso a de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal y el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca”. Bendito Don Quijote que siempre, no solo al morir, es Alonso Quijano el Bueno y por ello, no deja que Sancho se desanime, ni nosotros con él. Ante 2016, que no parece fácil, viene bien apuntalar como Don Quijote, al fin cristiano viejo, la virtud de la esperanza. Porque esta fue en él insobornable, le queremos quienes le hemos seguido en sus aventuras. Las nuestras son.. las de todos los días: encarar la vida, que no es poco. Y para esta lucha, al parecer sin relieve, San Juan Pablo II- al que vimos luchar - nos dejó estas jugosas: palabras: “ Vivid valientemente vuestras vidas aunque os parezcan insignificantes, Teresa de Lisieux, en su corta vida nos enseñó la grandeza que puede tener ante Dios, las actividades insignificantes, normales”. Es la grandeza de la vida corriente, de que hablaba San Josemaría. Redondeo esta cita de grandes, con estas palabras del Papa Francisco: “No os dejéis robar vuestra esperanza”
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