Paz en la tierra
La “ Jornada de Oración y Ayuno por la Paz”, convocada por el Papa Francisco, ha sido acogida con gozo. Nos ayuda a recordar que la oración es poderosa y la paz en Oriente Medio, la Paz en el mundo no es algo de lo que nos podemos desentender, nos concierne a todos. El beato Juan Pablo II, que convocó el 27 de octubre de 1986 , en Asís, una Jornada de Oración por la Paz, a la que invitó a los líderes de las distintas religiones, compuso en 1985, “Paz”, una oración que empieza así: Sé Tú, Jesús nuestra Paz (…) continúa mencionando a la Virgen: “Sea Ella la educadora de nuestra esperanza, haciéndola paciente, valerosa, inmarchitable, y termina diciendo: “..su mano maternal cure nuestras heridas de violencia y nos guarde heroícamente pacíficos cuando el maligno nos empuje por la senda de Caín”. Es una hermosa oración. “¡No os dejéis arrastrar por la espiral de la violencia¡”, le oímos exclamar en el “Santiago Bernabeu”, en 1982. La concomitancia entre “Asís” y el Papa Francisco, no puede dejar de ser consoladora. “¡No os dejéis arrebatar vuestra esperanza¡”, nos exhortó recientemente el Papa Francisco en “Aparecida” durante la J.M.J También lo ha hecho en la “Lumen fidei”: “No nos dejemos robar la esperanza, no permitamos que la vanalicen con soluciones y propuestas inmediatas …”. No se puede rezar sin esperanza y debemos hacerlo por la paz, como tanto nos pide la Virgen en Medjugorje.
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