05 agosto, 2013

Algo que contó "Benvenuta" a Rilke

Entre las cartas que se cruzaron entre Rilke y “Benvenuta”- Magda von Hattonberb, a quien el poeta llamó “Benvenuta” – correspondencia entre el 26 de enero al 26 de febrero de 1914 y que terminó bruscamente tras el primer encuentro de éstos, recogida ésta en “Cartas a Benvenuta”, (grijalbo) hay algo que por su utilidad – como un aviso - para las mujeres, quiero reseñar: “ Una persona me arrebató la fe, una persona que… quería ser mi dios. Una persona que quiso imponer por la fuerza a mi juventid incipiente su amor rígido y dominante a fin de gobernar, no, a fin de sojuzgar. Es una historia dura y amarga que acabó así: en el momento en que mi insensata juventud creyó que aquel que me arrebató podía darme todo lo que había perdido através de su persona, él se apartó y se marchó llevándose en sus despiadas manos la victoria de haberme arrebatado a Dios”. Mucho me gustaría que la experiencia de “Benvenuta” fuera conocida por tantas mujeres que por no apartarse de “su hombre” renuncian temerariamente a Dios que las hizo. Terminaré con una frase de San Agustín, que utiliza el Papa Francisco en la “Lumen Fidei”: “Ab eo qui fecit te noli deficere nec ad te”, de aquel que te ha hecho no te alejes ni para ir a ti”. Siempre el pecado es, además de una ofensa a Dios, mejor dicho: precisamente por ello, un error de cálculo.