07 julio, 2013

Palabras lúcidas sobre el pecado

Vamos a ellas: “Hablo de pecado deliberadamente, pues conozco muy bien sus consecuencias: la mirada se enturbia, por ejemplo, impidiendo que las cosas se vean en su verdadera tonalidad; el horizonte se estrcha, procurando que el hombre se conforme con metas que, en otro momento, jamás habría aceptado como suyas; el juicio se embota, consiguiendo que se tergiverse lo mása diáfano y elemental; las palabras se agríany, por ello, se lanzan con frecuencia como dardos, con propósito de que se claven y hagan el mayor daño posible”. “Otras consecuencias del pecado son :tristeza y malestar general, aún sin conocer el motivo; ira incontrolada, volcada habitualmente en quienes más se quiere; temor permanente a todo, hasta lo más inofensivo; angustia ante el día de mañana, como si necesariuamente hubiera de compotar una amenaza; irinía constante , dirigida preferewntemente a quienes son más bondadosos o tienen mayor piedad; vertiginoisa carrera para aturdir los sentidos con todo lo imaginable; rechazo del silencio y de la soledad, de los que se huye como de la peste; afición a la mentira, como si hacer creíble lo increíble fuera un arte y como si con ello no se resintiera la verdad…En todo esto no hay exageración alguna, más bien al contrario: he intentado ser conciso y escueto para no dar cauce al pecado mientras escribo sobre él.” ( “ El olvido de sí”, Pablo d´Ors. Ed Pre-Textos)