No es solo cuestión de dinero
Frente a la crisis, quizá convenga traer a colación unas palabras de Pilar Urbano en “La madre del ajusticiado”, son éstas: “Comienza el hombre devaluando a Dios y acaba él reducido a un dígito estadístico (…) Empequeñecer a Dios es indefectiblemente enanizar al hombre (…) Al doblar la esquina donde se ignora a Dios, se encuentra uno en el suburbio ciego donde se ignora al hombre”. Se ha dicho, aunque no demasiado, porque las tertulias de la televisión nos dan una y otra vez lecciones de economía, que esta crisis es una crisis de valores. Ahora sería bueno que nos lo creyéramos. No se puede obviar a Dios de la vida pública y pensar que las cosas van a ir sobre ruedas, ni en España ni en Europa. “Danos hoy nuestro pan de cada día” rezamos en el “Padre nuestro”. Nos obsesionamos enseñando a nuestros hijos inglés e informática, ¿les hemos enseñado a rezar a Dios, de quien procede todo bien? Hace años el marido de una amiga – que ya ha muerto -, de cuyo sueldo dependía toda la familia, se quedó sin trabajo. Me contó –aún recuerdo su cara - el énfasis que ponía al pedir, en Padre nuestro” : “ el pan de cada día” y en el Avemaría: el “ ruega por nosotros, ahora” Pues eso, a rezar tocan para que los Padres de la Patria, que más que padres son padrastros, nos saquen de ésta. Conviene también recordar que el fin no justifica los medios, por lo que “Eurovegas” no es solución sino perdición. Con una política de ese corte no hubiéramos descubierto América. (carta enviada a "Las Provincias")
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