20 enero, 2013

la mula y el buey

Aunque no valga la pena hablar sobre si había o no una mula o un buey en el Portal de Belén, si me presto a copiar de “La infancia de Jesús” de Benedicto XVI – que estoy disfrutando a tope – este trozo en que estos aparecen tangencialmente, cuando habla de los tres Reyes Magos: Así como la tradición de la Iglesia ha leído con toda naturalidad el relato de la Navidad sobre el trasfondo de Isaías 1,3 y de este modo llegaron al pesebre el buey y el asno,así también ha leído la historia de los Magos a la luz del Salmo 72, 10 e Isaias 60. y de esta manera los hombres sabios de oriente se han convertido en reyes, y con ellos han entrado en el pesebre los camellos y los dromedarios. La promesa contenida en estos textos extiende la proveninencia de estos hombres hasta el extremo Occidente (Tarsis – Tartesos en España). Pero la tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de la universalidad de los reinos de aquellos soberanos, interpretándolos como reyes de los tres continentes entonces conocidos: África, Asia y Europa. El rey de color aparece siempre: en el reino de Jesucristo no yay distinción entre la raza o el origen. En él y por él la humanidad está unida sin perder la riqueza de la variedad. Más tarde se ha relacionado a los tres reyes con las tres edades de la vida del hombre: la juventud, la edad madura y la vejez. También ésta es una idea razonable, que hace ver como lasdiferentes formas dee la vida humana encuentran su respectivo significado y su unidad interior en la comunión con Jesús. Queda la idea decisiva: los sabios dee Oriente son un inicio, representan la humanidad cuando emprende su camino hacia Cristo, inaugurando una procesión que recorre toda la historia. No representan unicamente a las personas que han encontrado ya la vía que conduce hasta Cristo. Representan el anhelo interior del espíritu humano, la marcha dee las religiones y de la razón humana al encuentro de Cristo.