19 noviembre, 2012

Las dos copas

Mi amiga Mila que ha tenido cinco hijos, sacado su oposición y ejercido su carrera de profesora de Física y Química de Instituto hasta su jubilación y a tenido y cuidado en su casa a la vez y por mucho tiempo, hasta que murieron, su padre su madre y su suegra, está desde hace años con una leucemia que, si bien no avanza, la tiene metida en casa casi por completo. Cuando oigo su desánimo por la capacidad de trabajo que ha tenido y por lo “inútil” que se siente ahora, amén de decirle que los enfermos que aceptan la voluntad de Dios en sus limitaciones son un tesoro en la iglesia ya que así pueden convertir al personal - es más fácil predicar que dar trigo - no dejo de insistir en que vaya a misa diaria, acompañada de Janette que la cuida, que de ahí se saca la fuerza para el camino. Cada vez que se lo digo me dice: “la oigo por televisión” yo repito incansable: no es ni parecido. A veces, quizá cansada de oirme, me dice: “se pueden hacer comuniones espirituales” Y así quedan las cosas. Apuntaré que la misa oida por televisión es un acto piadoso más y estar presente en ella asistir, hoy al calvario. Si lo pensamos sacaremos la misa pese a quien pese y caiga quien caiga. Ello es la pura verdad, pero no puedo dejar en el tintero, algo de lo que me enteré hace poco: Jesucristo, en una aparición a Santa Catalina de Siena le dijo que Él tenía dos copas: una de oro y otra de plata, en la de oro ponía sus comuniones sacramentales y en la de plata sus comuniones espirituales. Aprendí hace años una comunión espiritual, que a su vez le enseñó de niño un Padre escolapio a San Josemaría: “Yo quisiera Señor recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con la que os recibió vuestra Santísima Madre. Con el espíritu y fervor de los santos.” Mila me ha oido muchas veces hablar de la necesidad de la confesión. Puntualizo esto porque hoy hace falta.

1 Comentarios:

At 19 noviembre, 2012 22:24, Blogger misael escribió...

Rosa,

Me ha gustado mucho la "anédocta" de Santa Catalina y Nuestro Señor, acerca de las dos copas; esa anécdota la contaré donde haya lugar.

Saludos

 

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