Un buen comienzo
He empezado a leer “ La Puerta de la fe” (Porta fidei) la Carta Apostólica a que Benedicto XVI ha escrito para preparar el “Año de la Fe” que empezará el 11 de octubre de este año ( 50 aniversario del iniocio del Concilio Vaticano II) y terminará el 24 de noviembre de 2013, festividad de Cristo Rey,tiene un buen comienzo: a mi me ha enganchado: “La puerta de la fe” (cf He 14,27), que introduce en la vida de comunión con Dios y peremite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida. Este empieza con el bautismo (cf Rom 6,4), con el que podemos llamar a Dios con el nombre de Padre, y se concluye con el paso de la muerte a la vida eterna, fruto de la Resurrección del Señor Jesús que, con el don del Espíritu Santo, ha querido unir en su misma gloria a los que creen en él. (Cf Jn17,22)”. El Papa Pablo VI proclamó otro Año de la Fe en 1967, para conmemorar el martirio de los apóstoles Pedro y Pablo en el noveno centenario de ese aniversario. ¡Cuántas cosas hemos visto desde entonces los que tenemos edad para ello¡ Que nuestra vida esté jalonada por acontecimientos así, que no son agua de borrajas, es tener constancia de que no pasaremos como el humo.. Ojalá mucha gente pueda comprender esto.
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