24 septiembre, 2012

Berenice

En el Vía Crucis de Joseph Ratzinger, que leo los viernes para hacer la oración, porque el Señor ha prometido misericordia a quien ese día contemple su Pasión, hay una hermosa meditación que siempre he querido transcribir. Ha llegado el momento: LA VÉRONICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS Lectura del libro del profeta Isaías 53,2-3 No tenía figura ni belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado por los hombres, como un hombre de dolores acostumbrado a sufrimientos, ante el que se vuelve el rostro, desestimado. Del libro de los Salmos 26, 8-9 Oigo en mi corazón: “Buscad mi rostro”. Tu rostro buscaré Señor , no me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo que Tú eres mi auxilio; no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación. Meditación “Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro” (Sal26,8-9). Verónica – Berenice – según la tradición griega- encarna este anhelo que auna a todos los hombtres piadosos del Antiguo Testamento, el anhelo de todos los creyentes de ver el rostro dce Dios. Ella en principio en el via crucis no hace sino prestar un servicio de bondad femenina: ofrece un paño a Jesús. No se deja contagiar ni por la brutalidad de los soladados, ni inmovilizar por el miedo de los discípulos. Es la imagen de la mujer buena que en la turbación y en la oscuridad del corazón, mantiene el brío de la bondad, sin pewrmitir que su corazíon se endurezca. “Bienaventurados los limpios de corazó – había dicho el Señor en el Sermón de la Montaña -, porque verán a Dios” (Mt 5,8). Inicialmete Verónica ve solamente un rostro maltratado y marcado por el dolor. Pero el acto deamor imprime en su corazón la verdadera imagen de Jesús: en el rostro humano, lleno de sangre y heridas, ella ve el rostro de Dios y de su bondad, que nos acompaña también en el dolor más profundo. Unicamente podemos ver a Jesús con el corazón. Solamente el amor nos deja ver y nos hace puros. Solo el amor nos permite reconocer a Dios, que es el amor mismo.” Corto aquí la cita. En hay una frase que me emociona sobremanera : “el brío de la bondad”, La bondad no se deja amordazar, la bondad no tiene más remedio que ser valiente.