Sobre el orgullo
“El orgullo es esencialmente competitivo. Basta con que alguien nos iguale en méritos para que nos sintamos inquietos, desangelados. “El orgullo –observa Lewis – no deriva del placer de poser algo, sino solo de poseer algo má de eso que el vecino. Decimos que la gente está orgullosa de ser rica, inteligente o guapa pero no es así. Cada uno está orgulloso de ser más rico , más inteligente o más guapo que los demás. Si los deemás se ihicieran igualmente ricos , inteligentes o guapos no habría nada de que estar orgullosos: el placer de estar por encima de los demás. Una vez que el elemento de competición ha desaparecido, el orgullo desaparece (…) casi todos los males del mundo que la gente atribuye a la codicia o al egoísmo son, en mayor medida, el resultado del orgullo.” Y continúa diciendo el autor de “Amor y autoestima”: “ …además de competitivo, el orgullo es cegador: pone gafas y distorsiona la realidad. El orgullo introduce falsedad tanto en la percepción de uno mismo, como en la percepción de los demás.”
Ya decía Santa Teresa de Jesús que ser humilde es andar en la verdad.
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