04 marzo, 2012

Apropósito de una cita de Ronal Knox

De joven leí “El torrente oculto” de Ronald Knox. Lo recuerdo con cariño. Era un libro ameno. Ya de abuela conocí datos de la trayectoria vital dee Knox, en “Escritores conversos” de Joseph Pearce, en el que habla también de Evelyn Waught, Benson, Graham Greene, Sayers, Chesterton, T.S Elliot.. y tantos otros…Enlazados unos con otros muchas veces no solo por compartir un tiempo histórico sino porque la conversión al catolicismo de uno de ellos, traía aparejada la de otro. Se veía, una vez más como toda conversión trae cola. Realidad ésta estimulante que nos hace ver que no somos un verso suelto.

Hace pocos días, leyendo el tomo de “Hablar con Dios” de Fernández Carvajal correspondiente al tiempo de Cuaresma, me encontré y me alegró el encuentro, con esta cita de Ronald Knox a propósito de las tentaciones de Jesús, que comparto:

“Las tentaciones de Nuestro Señor son también las tentaciones de sus servidores de un modo individual. Pero su escala es, naturalmente, diferente: el demonio no va a ofreceros a vosotros y a mí – dive Knox – todos los reinos del mundo. Conoce el mercado, y como buen vendedor , ofrece exactamente lo que calcula que el comprador tomará. Supongo que
pensará, con bastante razón, que la mayor parte de nosotros podemos ser comprados por cinco mil libras al año, y una gran parte de nosotros por mucho menos. Tampoco nos ofrece sus condiciones de modo tan abierto, sino que sus ofertas vienen envueltas en toda especie de formas plausibles. Pero si ve la oportunidad no tardará mucho en señalarnod a viosotros y a mí cómo podemos conseguir aquello que queremos si aceptamos ser infieles a nosotros mismos y, en muchas ocasiones si aceptamos ser infieles a nuestra fe católica.” (R. Knox : “Sermones pastorales)

Al margen de nuestra personal experiencia en tentaciones, hoy tristemente vemos muchas familias rotas por las “Margaritas” con las que Mefistófeles, tienta a los Faustos desengañados de la vida.. Éstos, no son irreecuperables: Cristo mismo irá en busca de la oveja peredida. ¡Qué lástima que no se hable más del demonio en la predicación aque escuchamos¡.Quizá disminuyeras el número de los incautos¡