Sin comentarios

Aquí nadie dice “esta boca es mía”, lo cual no deja de ser desestimulante. No obsatante – así rima en consonante – seguiremos en la brecha. A veces, como ahora, utilizamos el plural, como los Obispos. Es una prueba de que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, de la Trinidad. Porque, no olvidemos, que en Dios hay tres Personas en un solo Dios verdadero. Y si aceptar esta realidad, que conocemos por revelación, es un misterio - lo cual no constituye mayor dificultad porque no vamos a ser tan fatuos de pretender comprender a Dios - , ese misterio se aclara un poco, solo un poco, cuando revisamos – quien esté en condicioines de hacerlo – nuestro concepto de persona y de sustancia. Que estó me quedó a mi muy clarito cuando leí al bendito Sheed en “Teología y Sensatez”. Sí, Dios es una familia: un Padre, un Hijo y el Amor entre ambos. Podría seguir, pero ya he revelado la fuente de mi conocimiento.

Comentando esta ausencia de soledad de Dios,escribió Padre Cué, sJ, una canción, que a veces del, de la que solo recuerdo algunos trozos, que a veces, cuando era moza, cantaba desaforadamente por el pasillo de mi casa, para dar rienda suelta a mi alegría. Los escribiré, por si hago cantar con ellos a alguno de mi quinta, que hay que ver lo que eso relaja.

“Dios Padre no es un solterón, Dios Padre nunca está aburrido y vive de muy buen humor” (…) “Ya sale la luna y salpicón de estrellas, nos dejó sus hüellas, nos lanzó tras Él” (…) “Por tantas culpas secretas pido público perdón: Señor yo he sido un ladrón, consumado, de violetas”

Bueno y con esto y un bizcocho…