13 octubre, 2011

Mario Parajón escribie sobre Hildebrand

Mario Parajón escribiendo sobre Hildebrand

“ En el palacio vive otra mujer sirvienta del mismo, alegre, maternal, creyente, de las que encienden velas y rezan novenas. Con esta mujer “se “encuentra” Dietrich. Es una personalidad impresionante. Lo que le transmite a Dietrch es la manera católica de asimilar el espíritu del Renacimiento. El niño se entera de que hubo un momento en la historia de occidente en el que la vida alcanzó una intensidad tremenda. Se comía, se bebía, se luchab a, se estudiaban los manuscritos, se realizaban viajes, se trazaban los planos de grandes creaciones arquitectónicas, como si toda iniciatiuva que se emprendiera fuese cosa de vida o muerte. Von Hildebrad aprende su porimera lección “clara y distinta”: que el gran enemigo del hombre es la indiferencia porque en la indiferencia todo se “reduce” todo “da” lo mismo porque todo es lo mismo ya que en última instancia todo acabará en la muerte.”

Cada vez que considero
que me tengo que morir
tiendo la capa en el suelo
y no me harto de dormir

Unamuno transcribe esta copla de la indiferencia para decirnos que si no hay otra vida, no tiene importancia lo que ocurre en ésta. Von Hildebran descubre que la indiferencia es una coraza de la que nos revestimos para no sufrir y cuya contrapartida es el hielo de la soledad y la certidumbre por parte del indiferente de que no es amado.
El futuro filósofo asimila desde entonces ese ardor que proporciona la conquista del mundo cuya entrega se produce gracias al ejercicio de cada sentido.”