04 diciembre, 2010

El Cristo de los piojos

El 15 de febrero de 1940, San Josemaría, acompañado de dos universitarios visitó el Carmelo de San José en Ávila. Las monjas les pasaron por la reja unas estampas del Cristo de los piojos. El asunto es el siguiente:

En tiempos de Santa Teresa una gran epidemia de piojos llenó el convento. Eran tiempos sin insecticidas ni detergentes. La Santa para pedir que cesara la epidemia organizó una procesión llevando una imagen desde el coro al claustro y dando una vuelta por él mientras todas las monjas, con solista y coro, cantaban estos versos compuestos por ella:

Pues nos dais vestido nuevo, / ¡Rey celestial¡ / librad de la mala gente / este sayal. / Hijas pues tomáis la cruz / tened valor / y a Jesús que es vuestra luz / pedid favor. / El os será defensor en trance tal.

Y aquí el coro cantaba el estribillo: Librad de la mala gente / este sayal.

2ª estrofa:
Inquieta este mal ganado / en la oración / El ánimo mal fundado / en devoción./ Mas en Dios el corazón / tened igual.

Y el coro volvía a repetir: Librad de la mala gente / este sayal

Y seguía la tercera estrofa:
Pues vinisteis a morir / no desmayéis / y de la gente incivil / no temeréis.

Se repetía por tercera vez el estribillo. La poesía trermina con los mismos versos del principio
Pues nos dais vestido nuevo / ¡ Rey celestial ¡/ librad de la mala gente este sayal.

Han pasado ya más de quinientos años y las monjas del Convento de San José no han vuelto a tener piojos, desde que el Señor oyera su petición.


Esta mañana he llamado a mis Carmelitas de Caudiel para agradecerles sus oraciones. Ha cogido el teléfono la Madre Marta: 85 años. Tiene una voz preciosa, solo con oírla se vuelve uno mejor.