28 noviembre, 2010

El tío Polo

La primera vez que oí hablar del Opus Dei, sin saber que se hablaba de él, ni entender nada, tendría unos diez años. En la mesa camilla del cuarto de estar, oía que el tío Polo decía a mi padre con cierto aire de misterio: “…hay como una especie de “masonería blanca” Archivé, vaya usted a saber por qué, esas dos palabras. El tío Polo era como mi padre Médico Militar, y vivía en Valencia. Cuando lo destinaron a Madrid como Director del Hospital Militar “Gómez Ulla”, mi padre vino a Valencia como Director del Parque de Sanidad Militar. Tuvimos la suerte de poder alquilar la casa que él dejaba. Nada fácil en 1946.

Cuento todo esto, porque acabo de leer en “El hombre de Villa Tevere”, de Pilar Urbano, lo siguiente:

“En España, durante los años cincuenta y sesenta, la presencia de algunos hombres del Opus Dei den el gobierno, o en la universidad o en la banca, o en los medios de comunicación, lleva a ciertas personas a confundir lo que son trayectorias individuales y personales con supuestas estrategias colectivas de “toma de poder”. Ruedan, como moneda corriente para referirse a la Obra, los estereotipos de “lobby de intereses”, “masonería blanca” o grupo de presión” Y sigue explicando Pilar Urbano, que muchos no eran capaces de entender que “en el ejercicio del honrado trabajo profesional, en medio del mundo y en copetencia leal con los demás ciudadanos, se puede vivir un camino intensamente serio y profundamente alegre de santidad personal, De santidad “personal”. Es decir: individuada, autodeterminada, responsable y libre, en la que cada cual traza opio itinerario”

El tío Polo, ya se ve, estaba un poco despistadillo.

Justo escribo esto, en el aniversario (28 - XI - 1982 ) de la erección, por su Santidad el Papa Juan Pablo II, del Opus Dei en Prelatura Personal. El traje a su medcida, dentro de la Iglesia, y por el que tanto se rezó desde 1928.